LA PARÁBOLA DE LA GRAN CENA | Lucas 14:1-24

No podemos aportar una adecuada interpretación a esta parábola si tratamos de analizarla fuera de su contexto. Así que, quizás la pregunta de observación más importante para este pasaje no es qué significa sino por qué Jesús contó la parábola ¿Qué fin quería darle? El texto responderá por si solo si analizamos el capítulo desde el primer versículo.

¿En qué lugar se encontró Jesús para que haya hablado de un gran banquete?

Precisamente en un gran banquete: "Aconteció un día de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo," (v.1).

¿Cuál era la situación? Estaba rodeado de gente hipócrita que buscaban el mal para otros y el beneficio para ellos mismos. Pero al lado también había gente muy necesitada de las cuales ellos pensaban que no podían sacar ningún provecho.

En aquél tiempo los banquetes se celebraban no sólo por cuestión de festejo sino por motivos políticos. Si convidaban a alguien procuraban hacerlo a quienes pudieran obtener algo de ellos. Lógicamente los menesterosos y enfermos no eran prioridad.

"que era fariseo, éstos le acechaban. Y he aquí estaba delante de él un hombre hidrópico." (v.1,2)

Jesús; que conocía sus corazones y observaba sus malas actitudes; aprovecha la escena para darles una tremenda lección:

"Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles: (v.7)

Debemos percatarnos que el sentido de la parábola inicia aquí, en el verso 7, no en el 15.

¿Qué quería enseñarles Jesús?

1. No amar los primeros lugares de distinción.

"Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él"

2. Esperar la exaltación de Dios y no exaltarse a uno mismo.

"Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido."

3. A otorgar bien y ayuda sin buscar beneficio personal:

"Dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar,"

4. A sembrar para lo eterno, no para esta vida:

"pero te será recompensado en la resurrección de los justos."

Luego de estas cuatro lecciones, desafiantes para su entorno, Jesús termina la parábola refiriéndose precisamente a un hombre que era como ellos; que hizo una gran cena pero pensó sólo en invitados distinguidos y de buena posición. Al final, estos invitados le fallan y el aprende el valor de compartir por gracia a todos los demás.

LECCIÓN DE FE: Jesús nos enseña así la importancia de dar sin buscar algo a cambio. Ese es el amor de Dios; un amor sincero e incondicional. No debemos anhelar la alabanza o el favor de los hombres si tenemos la de Dios. Debemos dar a quienes no tienen para devolvernos, porque así se siembra para lo eterno y demuestra que nuestra fe no está depositada en lo que poseemos sino en quién nos posee a nosotros.

Estamos en este mundo para servir como Cristo lo hizo. ¿Mostramos este amor a todos por igual?

"Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa." 

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